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Cápsulas vacías

Son Pequeños Contenedores Solubles, fabricados a partir de gelatina o celulosa. Fueron inventadas en la primera mitad del siglo XIX como una solución para enmascarar los malos olores y sabores de los medicamentos. Por esta razón, es considerada la forma farmacéutica oral más versátil, ya que puede dosificarse con polvos, pellets, gránulos, comprimidos, cápsulas blandas, matrices semisólidas y diversas combinaciones. Esta flexibilidad en la formulación permite combinar productos con diferentes pH o perfiles de liberación de los principios activos (inmediata y retardada). Por otra parte, la formulación en cápsulas permite el uso de un gran rango de excipientes. Sin embargo, estos se utilizan en menor número que en las formulaciones de comprimidos en los que, además del uso de diluyentes, disgregantes y deslizantes, se debe incluir excipientes aglutinantes.

Clasificación de las cápsulas

Existen dos tipos de cápsulas duras en función de su origen: Cápsulas de gelatina de origen animal: bovino, porcino y pescado.
Siendo la gelatina una proteína comestible con un excelente perfil de disolución a diferentes pH y fácil formulación, las cápsulas son la mejor alternativa para la formulación de medicamentos y nutracéuticos. Tienen un contenido de humedad (13% a 16 %) pudiendo ser frágiles cuando pierden humedad debido a que el agua actúa como plastificante.
Con el objetivo de minimizar estos problemas, a principios del año 2000 se lanzó al mercado una nueva cápsula fabricada a partir de hipromelosa (Hidroxipropilmetilcelulosa), un polímero de material inerte de origen vegetal de menor contenido de humedad ( 4% a 6% ) y con un perfil de disolución similar a las cápsulas de gelatina.
Las cápsulas vegetales son un avance importante para formulaciones sensibles a la humedad. Un ejemplo, sería el caso del omeprazol conocido por ser un producto altamente higroscópico: que absorbe humedad de la cápsula que lo contiene, resultando en la pérdida de estabilidad del mismo.
Sin embargo, en la cápsula de hipromelosa, el agua no actúa como agente plastificante, por lo que la pérdida de humedad no altera las propiedades mecánicas de las mismas, convirtiendo a estas cápsulas en una alternativa ideal para el desarrollo de productos higroscópicos.